En medio de la crisis hondureña, el ministro socialista Moratinos viaja a Venezuela, al frente de una delegación de empresarios españoles; firman acuerdos para explotación de petroleo, con gran éxito y se habla sin mayor interés ni resultados, de las invasiones y expropiaciones de haciendas de españoles en Venezuela, sin ninguna compensación.
Moratinos, obvia el hecho de que trata con un gobierno que no respeta ninguna regla pero, en virtud del negocio, decide dedicarse a lo que son sus intereses, no se atiene a principios morales, no se hace honor a ninguna idea socialista ni de justicia. El resultado es la compra de la conciencia socialista con el dinero del petroleo, a cambio de lo que le interesa a Chávez, el apoyo del gobierno español a la tesis chavista: no serán reconocidas las autoridades actuales ni las que surjan de las elecciones que se produzcan en Honduras en noviembre.
Este ministro, en referencia a los sucesos de Caracas del 11 de Abril de 2002, acusó al gobierno de España, anterior al que él comparte, de intervenir en el "golpe de estado". La intención era enlodar el gobierno Aznar y enaltecer a Chávez.
El ministro de los Desatinos no reparó en los muertos y heridos provocados por el gobierno chavista el 11 de abril (tres españoles entre ellos); no le interesa la verdad, tiene sus propias motivaciones. A la luz de lo que hemos visto en otras latitudes me pregunto, ¿será que los socialistas recibieron un maletín como el que PDVSA envió a la campaña de Kirchner y tantos otros?. Entre países no hay amistades, hay intereses... Entre Desatinos y Chávez, ¿qué hay?...
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